Yuan Fuei Liao es «made in Taiwan» aplatanado, aunque no quiere que su «occidentación» le haga perder su «orientación».

Se autonombra «ser humano aspirando a ser más humano» y «ex-niño aspirando a ser más niño». Después de graduarse de publicista en Santo Domingo, se ha dedicado tiempo completo a anunciar las buenas noticias del amor de Dios. Por varios países realiza su oficio de «diversionero», una mezcla de misionero + diversión: presenta humor, ilusionismo y prestidigitación para acompañar sus mensajes. A este origamista le encantan los haikus, la minificción, los chocolates, la trova, los sueños, la solidaridad, Taizé, Cortázar, Benedetti, Galeano, las buenas noticias, mirar las aves que planean en libertad, sentarse en los parques con las ardillas y… ¡Jesús! Además de amigo de Teresita de Lisieux, es libroadicto.

Ha hecho varias caminatas de oración por autopistas, calles, callejones, plazas y senderos. Ha sido invitado para impartir talleres de cuentacuentos, evangelizar con trucos de magia y creatividad.

Estuvo trabajando en diversos medios de comunicación. En el área musical, ha compuesto canciones desconocidas hasta por él, y tocado la guitarra y muchas puertas.

También ha publicado tres libros y pronto lanzará sus obras de nanorrelatos, salmos y cuentos. Pero sus mejores obras son Juan Francisco y Josué, dos «volúmenes» que produjo junto a su amada Laura. A veces come con palillos chinos. Actualmente es el Primer Consejero de la Comundad Siervos de Cristo Vivo.

A Yuan se le suele ver dentro de algún tren, avión o guagua, escribiendo en una laptop o contemplando todo con achinados ojos de niño curioso. Le gusta que la gente sonría cuando lea sobre él.